SOLEDAD Y FECUNDIDAD
1. La Soledad de los Amantes.
La soledad en nuestra Espiritualidad tiene la significación de la totalidad de la entrega, expresada en la búsqueda frecuente de momentos fuertes de oración, donde físicamente estamos a total disposición de Jesús Amante, que siempre nos espera. El Cantar de los Cantares gusta de expresar esta exclusividad del Amor en la figura del Jardín Cercado, o la Fuente Sellada, donde se realiza el encuentro de los Amantes sin testigos, en la exclusividad de un Amor que no puede ser compartido con nadie más. Así es el Amor Esponsal de un corazón indiviso, consagrado sólo a Jesús.
La soledad interior, necesaria para la oración contemplativa, se aplica también, por ejemplo, cuando un consagrado está en oración silenciosa en su Capilla, reunido con otras personas de comunidad. En nuestro carisma anacorético, ha de ser una soledad física, efectiva y real, por tiempos prolongados, y su belleza se trasluce en relación con Jesucristo, que es Quien atrae a esa soledad con irresistible ímpetu. Él tiene la llave del Jardín y de la Fuente; y en reciprocidad Él nos da, como símbolo, en nuestra Profesión Solemne, la Llave de la ermita, es decir, la Llave de Su Corazón.
2. Amor y Fecundidad.
El Amor de Jesús nos hace fecundas, y él conlleva una virtualidad que no depende de nuestros actos, ni de nuestros ofrecimientos, aunque ellos lo corroboran. Él, JESÚS, es quien elije la manera y forma de nuestra fecundidad, y el fruto resultante es Suyo. El Amor es así, sólo con darse en reciprocidad de entrega, es capaz de “alumbrar una vida nueva”, aunque los Amantes no se percaten necesariamente de ello.
En nuestra vocación existe el compromiso del amor al prójimo, expresado en la fraternidad entre nosotras y en la cercanía con los visitantes, siempre bajo el aura de una forma de vida peculiar, donde predomina la búsqueda de la soledad, sin olvidar la suprema primacía del Mandamiento Nuevo del Amor.
Creados por Amor, deberíamos vivir sólo para el Amor; y ya que nuestra eternidad será el Amor, esta vida presente nos da la oportunidad de aprovechar al máximo el tiempo para AMAR ya desde aquí. Esto es lo que debemos tener presente siempre.
(Tratado sobre nuestra Espiritualidad)